La enfermedad renal en el ámbito geriátrico implica un deterioro en la capacidad de los riñones para filtrar toxinas y otros desechos del cuerpo. En las etapas iniciales, esta condición puede no presentar síntomas evidentes. Por lo tanto, la única forma de prevenir su progresión es a través de exámenes o pruebas de laboratorio diseñadas para evaluar la función renal.

Estas pruebas calculan un parámetro específico que indica el grado de funcionalidad del riñón. Una vez detectado el daño, se recomienda tomar medidas para mejorar la condición, tales como:

1. Tomar por lo menos 2 litros de agua o más cuando existe temperaturas ambientales muy altas

2. Manejar tus glicemias adecuadas para que las glucosas elevadas dañan la función renal donde existe la enfermedad nefropatía y llegar a diálisis si no tienes control de la enfermedad.

3. Controlar la presión arterial con los medicamentos adecuados

4. Evitar las comidas procesadas, embutidos, tocinos, salchichas o enlatadas

5. Tratar de no comer sal y reemplazar por condimentos o zumo de limón

6. En varones es importante que tengan control de su próstata ya que cuando presenta alteraciones miccionales y obstrucción provoca daño renal.

7. En mujeres con las infecciones urinarias recurrente al no tener un seguimiento adecuado puede dañar su riñón.