MITO 1: EL ENVEJECIMIENTO ES SIGNO DE ENFERMEDAD Y DE MALA SALUD

REALIDAD: Las variaciones en la salud de las personas mayores se deben a la genética. Los factores que más influyen están relacionados con el entorno físico y social, las condiciones materiales de vida, las redes de apoyo, el acceso a los servicios sociales y de salud, la educación, el medio ambiente y los estilos de vida.

MITO 2: LAS PERSONAS MAYORES PIERDEN LA MEMORIA

REALIDAD: La edad no predetermina que todas las personas mayores experimenten pérdida de memoria. El deterioro de las funciones cognitivas es multifactorial. El cerebro experimenta diversos cambios, y algunas pérdidas de memoria benignas son normales, como olvidar las llaves, olvidar los nombres de las personas o pasar por alto alguna actividad planificada para luego recordarla.

MITO 3: LAS PERSONAS MAYORES SON TODAS IGUALES

REALIDAD: Las personas mayores se distinguen entre sí de manera aún más pronunciada que en otras etapas de la vida, debido a sus extensas trayectorias. Aunque todos comparten la igualdad en el ejercicio de sus derechos, cada individuo es único y se diferencia del resto.

MITO 4: LAS PERSONAS MAYORES SE VUELVEN COMO INFANTES

REALIDAD: Alcanzar una edad avanzada no implica dejar de ser una persona adulta, ni conlleva la pérdida de derechos ni la necesidad de recibir un trato infantilizante. Aunque algunas personas mayores requieran cuidados, ello no les resta su condición de adultos ni compromete su autonomía.