Se prescribe en situaciones en las que los pacientes presentan una disminución de la cantidad de oxígeno en la sangre como consecuencia de problemas como insuficiencia respiratoria aguda o crónica. 

El objetivo es tratar la hipoxemia, disminuir el esfuerzo respiratorio, disminuir la sobrecarga cardiaca. Indicaciones: 

a) Trastornos relacionados con la disminución de presión arterial de oxígeno (PO2), como la embolia y edema pulmonar. 

b) La disminución de gasto cardiaco, provoca menor aporte de oxígeno a los tejidos, como ser el infarto agudo de miocardio, hipotensión e insuficiencia cardiaca congestiva, paro cardiaco, intoxicaciones por gases perjudiciales y algunos tipos de anemia. 

c) El aumento de la demanda de oxígeno también provoca hipoxemia, los estados que cursan con esta situación son las septicemias, hipertiroidismo y fiebre constante. 

Dra. Urania Durón / Neumóloga

Salud al 100