El 24 de septiembre de 1869, en Estados Unidos, tuvo lugar el llamado "Viernes Negro", un evento de caos financiero causado por la especulación descontrolada en el mercado del oro.

El pánico en Wall Street comenzó cuando los especuladores Jay Gould y James Fisk intentaron acaparar el mercado del oro, lo que elevó su precio de forma drástica. Su objetivo era manipular el valor del oro para obtener enormes ganancias a expensas del gobierno y del sistema financiero.

La trama de Gould y Fisk empezó cuando convencieron a personas cercanas al presidente Ulysses S. Grant para que impidiera la venta de oro del Tesoro, creando una escasez artificial que disparó el precio del metal. Durante semanas, lograron que el precio del oro subiera, lo que generó una euforia en los mercados. Sin embargo, cuando el gobierno de Grant finalmente intervino y liberó una gran cantidad de oro al mercado, el precio se desplomó de manera repentina.

El colapso financiero provocó enormes pérdidas para inversores de todo tipo y generó una crisis en la bolsa de valores de Nueva York. Muchos empresarios y financieros quedaron arruinados. Este evento marcó una de las primeras grandes manipulaciones de mercado en la historia de los Estados Unidos y puso en evidencia las debilidades del sistema financiero de la época, generando una serie de reformas en los años posteriores.