Las enfermedades autoinmunes son más que un desafío biológico; son un llamado profundo a reconectar con nosotros mismos. Desde la perspectiva médica, se nos dice que el sistema inmunológico, por razones aún no del todo comprendidas, comienza a atacar tejidos sanos del cuerpo. Sin embargo, a lo largo de mi experiencia personal y profesional, he podido observar que estas condiciones de salud también nos invitan a detenernos y preguntarnos: ¿Qué es lo que no estamos viendo? ¿Qué parte de nuestra vida hemos ignorado que ahora se manifiesta a través de nuestro cuerpo?
Incluso algunos Seres entendidos en el tema, nos muestran como más que el cuerpo estar atacándose a sí mismo, el cuerpo se encuentra defendiendo del exterior.
Después de más de diez años trabajando con personas que atraviesan procesos similares, y también tras haber vivido un brote de esclerosis múltiple que hoy no muestra lesiones visibles ni sintomatología aparente, he llegado a una conclusión clave: estas enfermedades nos exigen vivir la vida de una manera completamente diferente a como nos han dictado vivir en ese momento.
Son una señal, tanto desde el cuerpo como desde el espíritu – entendido como la unión de todas las alma y la función que tenemos en este momento - de que algo debe cambiar.
En un nivel científico, ya se ha demostrado cómo las emociones afectan nuestro sistema inmunológico. Las investigaciones han probado que el estrés crónico, los traumas no resueltos y la carga emocional no procesada generan inflamación en el cuerpo y desajustan su capacidad para autoregularse. Lo que sucede es que el cuerpo, en su intento de protegernos, de todo lo exterior, también comienza a sobre atacar y en ello, entendido que de cientos de intentos, alguno equívocamente lo toma nuestro cuerpo. Pero más allá de los datos científicos, la enfermedad también tiene un significado más profundo.
Las enfermedades autoinmunes nos invitan a reconectar con la esencia de quienes somos. Cuando una parte del cuerpo se inflama o se ve afectada, podemos preguntarnos: ¿Qué área de mi vida he estado ignorando? ¿Qué emociones o relaciones no he atendido? En mi caso, el brote de esclerosis múltiple fue una llamada urgente a transformar la manera en que vivía mi vida, mis prioridades y mis relaciones. Radicalmente.
En más de 1000 casos de pacientes atendidos, logro evidenciar el llamado interno de nuestro guía a modificarnos.
A nivel espiritual, el cuerpo nos está pidiendo que lo escuchemos. No es un enemigo, sino un aliado que refleja nuestras sombras más profundas. Cuando ignoramos o reprimimos nuestros sentimientos, el cuerpo se hace eco de esa desconexión, mostrándonos a través de la enfermedad lo que no hemos querido ver. La enfermedad, en lugar de ser un castigo, puede ser un camino hacia una nueva forma de vivir. Nos invita a estar más presentes, a sentir cada parte de nosotros y a reconocer la importancia de vivir en coherencia con nuestra verdad.
El proceso de sanación no es solo físico; también es emocional y espiritual. He visto cómo, al reconectar con ellos mismos y estar dispuestos a ver los eventos vivenciales que han hecho que las personas lleguen a ese punto, sus vidas se transforman y la vivencia se transmuta.
Todo lo patognomónico, vale decir, significante de enfermedad cede por que el ser que ha enfermado entiende que la enfermedad posea una utilidad mientras el mismo no haya movilizado lo que su cuerpo le ha venido a mostrar que debe modificar.
La ciencia confirma que, cuando estamos en equilibrio emocional, el cuerpo responde mejor a los tratamientos y se vuelve más resiliente. Así, la sanación se convierte en un proceso integral donde cuerpo, mente y alma trabajan juntos para restablecer el bienestar.
En mi experiencia, la clave está en escuchar lo que el cuerpo nos está diciendo, en hacernos las preguntas necesarias y en estar dispuestos a modificar lo que sea necesario para sanar. A través de la ciencia, podemos entender mejor los mecanismos biológicos, pero es a través de la conexión con nuestro ser más profundo que podemos encontrar el verdadero significado de la enfermedad. Las enfermedades autoinmunes son, en última instancia, una oportunidad para volver a nosotros mismos, para vivir de manera más auténtica y para abrazar la vida de una manera que seamos conscientes de ella y sintamos expansión al vivirla.
Mira el video aquí.
Comments