Los hábitos de vida han cambiado mucho durante las últimas décadas y hoy en día la vida de un jubilado es muy diferente de la que era hace 20 ó 30 años. La propia esperanza de vida y el modo en el que vivimos hasta que uno se convierte en sexagenario provoca que las personas alcancen esta edad en un estado de salud mucho mejor que hace varias décadas y que tengan por delante muchos años de vida que pueden ser de calidad.
La jubilación no debe ser una puerta hacia la inactividad, sino todo lo contrario. Se abre un periodo en el que mantenerse activo resulta fundamental para disfrutar de unos años que pueden ser maravillosos si mantenemos un buen estado de salud, algo que sólo es viable desde unos hábitos de vida saludables.
2. Ve a lugares caminando
Durante tu vida laboral, a menudo no era práctico ir a los lugares caminando. El tiempo es escaso cuando trabajas, y minimizar el tiempo de desplazamiento es crucial para tu organización. Sin embargo, estas restricciones desaparecen con la jubilación. Ahora, tomarte tu tiempo para hacer los recados a pie no solo te ayuda a mantenerte activo, sino que también previene el sedentarismo.
3. Practica deporte a tu medida
No tienes por qué concebir el deporte como un ejercicio de alta intensidad. Puedes practicar deporte a una intensidad adaptada a tu edad. Puede bastar con unos estiramientos o, si te sientes con fuerza y tu cuerpo responde, puedes probar con actividades más intensas. Incluso hay quienes corren maratones superados los 60 años. Pero lo importante es tener una rutina deportiva para prevenir la aparición de enfermedades y combatir la obesidad. Puede bastar con un par de horas semanales.
4. Una dieta sana
A medida que se van cumpliendo años se vuelve más importante cuidar la alimentación. Cuando estás por encima de los 60 esto se vuelve trascendental. Hay que proveer al cuerpo de energía para las actividades diarias, pero siempre evitando el exceso de grasas y calorías para, de este modo, evitar el sobrepeso o el colesterol. Una dieta rica en frutas, verduras, pescado y aceite de oliva, base todo ello de la dieta mediterránea, puede ser ideal.
5. Chequeos médicos
Lamentablemente, no estamos tan acostumbrados como deberíamos a realizarnos chequeos médicos. Sin embargo, a partir de los 60 años es fundamental adquirir este hábito y establecer una rutina regular de visitas al médico de cabecera para asegurarnos de que todo funciona correctamente en nuestro cuerpo. Es recomendable realizar un chequeo cada seis meses que incluya una analítica completa, un electrocardiograma, y un control de la presión arterial y del peso.
6. Mantener contacto social
Una vez superada la etapa de la jubilación, se dispone de mucho tiempo libre, a veces incluso demasiado para algunas personas. Por eso es importante mantener una vida social activa, lo cual también contribuye a mantener el cerebro en forma y a conservar la vitalidad del cuerpo.
7. Es posible evitar las caídas
A partir de cierta edad, una caída puede resultar en una fractura ósea. Aunque no siempre podemos controlar las consecuencias de una caída, sí es posible prevenirlas o, al menos, tomar las precauciones necesarias para reducir el riesgo. Existen varias herramientas para ello. Mantén siempre una buena iluminación en casa, instala barandillas en las escaleras, coloca bandas adhesivas antideslizantes en la ducha y barras de sujeción, pon material antideslizante bajo las alfombras y, sobre todo, haz ejercicio regularmente para fortalecer las piernas.
8. La mente siempre activa
El cerebro no es ajeno al envejecimiento que vive nuestro cuerpo y por eso es muy importante mantener la mente activa para ayudar a prolongar la agilidad y, con ello, el buen estado de ánimo. Es crucial leer, escribir, hacer ejercicios de memoria, de cálculo o cualquier actividad que conlleve mantener cierta concentración y una estimulación cognitiva.
Comments