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  • Foto del escritorDr. Carlos Gauggel

Situación actual de la fertilidad de suelos agrícolas en Honduras

¿Cuál es el estado actual de la fertilidad de los suelos con vocación agrícola?


Suelos con vocación agrícola en Honduras, lo definimos de acuerdo al uso y no al potencial, pero cabe mencionar que la definición correcta es: los suelos que tienen el potencial, poseen las características físicas, químicas y biológicas de producir alimentos vegetales como también ser capaces de sostener las cargas animales. Desde ese punto de vista nuestros suelos son tremendamente limitados comparados a suelos de primera clase agrícola, apenas el 12% del territorio nacional tiene vocación agrícola, actualmente con el embate del cambio climático, la deforestación, los incendios forestales y toda la atrocidad ambiental que ha venido pasando Honduras y el mal manejo del bosque como los recursos agua y suelo. La situación de los suelos agrícolas es bastante deteriorada y grave sin sumar suelos agrícolas que tenemos obviamente en laderas, zonas con café, o zonas donde se levantan milpas y se hacen frijolares, están tremendamente degradadas por lo cual desde el punto de vista nacional tenemos un gran reto, para eso tenemos que ver ¿por qué está la situación así?, y ya hemos mencionado como ser el deterioro del bosque y las cuencas etc. Pero primero hemos venido haciendo una labranza poco adecuada o mala que ha conducido a la compactación del suelo, la degradación de la estructura del suelo, pérdida de capacidad del suelo de almacenar agua y nutrientes y dárselas a los cultivos y a través de estos a los animales, hemos venido haciendo uso inadecuado de los fertilizantes, aplicándolos siguiendo recetas donde lo que un cultivo podría requerir, en vez de considerar los requerimientos nutricionales de ese cultivo más las propiedades químicas y físicas del suelo y los niveles de nutrientes que tiene, hemos venido haciendo una sub utilización de los laboratorios de suelos y plantas que tenemos en el país que son muy buenos y tenemos por lo menos cuatro laboratorios actualmente, la erosión e inundaciones que hemos sufrido cada veinte a veinticinco años por los huracanes que nos impactan duramente, y algo muy grave que ha contribuido al deterioro y perdida de suelos agrícolas es la expansión urbana que se está dando en suelos eminentemente agrícolas como por ejemplo: Valle de Sula, Valle de Comayagua, Valle de La Venta en Copan, sectores de Olancho altamente productores de maíz también se están urbanizando, se observan áreas que hacía dos años estaban produciendo, ahora están en un proceso de urbanización, lo cual es una tragedia que debe verse como se soluciona.


¿Desde su perspectiva como un país con vocación agrícola y forestal, que políticas publicas deberían ser implementadas?


Esto está en el corazón de la situación, el cómo manejar los recursos suelo, agua y bosque. Definamos el bosque porque cuando hablamos de vocación forestal la mayor parte del público piensa que vamos hacer explotación del bosque, sacar madera, lo cual ha sido parte de la tragedia nacional el mal manejo que se ha hecho del bosque, tenemos bosques desde selvas tropicales bellísimas como Pico Bonito en La Ceiba, tenemos bosques semisecos donde la explotación no se debe hacer, y nuestros bellos pinares que se debe saber ¿hasta dónde se deben explotar o manejar? Ya que la explotación no suena bien sino el manejo, considerando que el bosque es el nicho donde se da la mayor diversidad y donde se genera el agua para consumo humano, riego y demás usos. Si degradamos el bosque sin un plan de manejo forestal y esto que Honduras cuenta con dos excelentes escuelas forestales (en Siguatepeque y en La Ceiba) y no hemos venido manejando el bosque, sino talando el bosque o explotándolo. El 88% del territorio nacional es para bosque, pero no quiere decir que todo sea para explotación comercial, se estima que alrededor de un 40% de ese total (del 88%) podría ser utilizado como un bosque con finalidad comercial, con el manejo que se requiere, y es aquí que el Estado o el país y dentro de este, los gobiernos que se eligen en un proceso democrático, tienen que tener definida una estrategia de política (no se refiere a politiquería).


Desafortunadamente los hondureños partimos de mitos, como el que se declaraba en una canción escolar, donde se refiere que en Honduras hay tierra para todos los que quieran trabajar y esto no es así, aunque seamos relativamente grande, pero recordemos que apenas el 12% es suelo de vocación agrícola.


Vivimos soñando ya que sorprende que personas a altos niveles de toma de decisiones de país, todavía creen que el 35% del territorio nacional este desocupado y que es una frontera agrícola sin límites, nos referimos a la parte oriental de Colon y todo el departamento de Gracias a Dios y grandes partes de Olancho que juntos conocemos como La Mosquitia, que es un ambiente altamente frágil, para vida silvestre, vida natural, preservación de reservas biológicas y hemos visto el desastre que se ha causado en el Rio Plátano, con los enclaves agrícolas y ganaderos que se han extendido, catástrofe que después vamos a pagar muy encarecidamente, no solo todos los hondureños, sino que la humanidad entera.


Entonces la política o estrategia nacional tiene que ir orientada primero a preservar el ambiente en el que producimos y segundo a incrementar rendimientos de manera racional con los recursos que tiene el país desde el talento humano hasta el recurso natural (agua, bosque y suelo) como fue concebido en el Plan Agua Bosque y Suelo que costo más de 60 millones de Euros pero de dicho programa solo nos quedó, dos grandes rótulos (uno en Zambrano y otro por Tela) porque nunca llegó al campo, como suele pasar, vienen expertos extranjeros que escriben densos volúmenes que adornan las bibliotecas de la FAO en Roma o de los diferentes organismos internacionales o en Tegucigalpa, pero después nadie se acuerda dónde quedaron esos estudios y no llegan a la toma de decisiones para impulsar la producción nacional y preservar.


Estamos claros que debe haber una política bien definida de parte del Estado y parte integral de esta, es que el Estado tiene que proteger la inversión privada, que es la que ha movido la agricultura en el país, desde un pequeñito agricultor que siembra un cuarto de manzana de milpa ese ya es un empresario, que invierte su tiempo y su dinero hasta las grandes empresas agrícolas en el país, por lo que se requiere una garantía de que se va respetar la propiedad y es parte de esa política nacional de producción y protección de recursos, que si va invertir en mejorar el suelo y preservar el agua tenga la garantía que esa inversión va ser respetada.


¿Cuánta fue la perdida estimada que nos dejaron los huracanes que han ocurrido en Honduras?


Con base a datos validados en campo desde el Huracán Hilda en 1955 el impacto de los huracanes a la fecha se calculan las siguientes perdidas en laderas (2030% de pendiente) y de acuerdo al grado de forestación en ese momento en ese evento (no al año):

Año

Huracán

Toneladas métricas de tierra perdidas por Hectárea

1955

Hilda

25.90

1974

Fifí

144.00

1998

Mitch

345.00

2020

Eta & Iota

268.00

Estas pérdidas no incluyen los Valles como el caso del Valle del Sula que el agua alcanzó niveles de hasta 2 metros sobre el nivel del mar, y la sedimentación que hubo en la cuenca de Chamelecón y Ulúa, estos sedimentos eran gravosos y arenosos, bajos en Fosforo y Potasio, cargados en Calcio en noroccidente, y muy ácidos en el nororiente del país. Suelos con bajo contenido de materia orgánica porque ya queda poco suelo en las laderas, con cada huracán que pasa el impacto es más negativo y desastroso.


El costo de rehabilitación por hectárea de los suelos, en el Valle de Sula, entre 2020 y 2021 tuvo un costo entre 10 mil y 50 mil dólares por hectárea, que los cañeros, palmeros y bananeros realizaron más la financiación de los estudios que sirvieron para hacer la rehabilitación de forma científica y estos productores volvieron a creer en Honduras invirtiendo de nuevo. Los niveles de producción 3 a 4 años después no volvieron a ser los mismos, estamos apenas a un 80% de lo que se había alcanzado hasta Eta & Iota.


Un estudio de la velocidad para que se regenera el suelo en el Valle del Aguan se estimó que toma 11 años volver a formar un centímetro de suelo y hubo áreas donde se perdieron por erosión 80 a 90 centímetros lo cual requiere 800 a 900 años para volver a regenerar el suelo por medio de los procesos naturales.


Con base a lo anterior tardaremos décadas en recuperarnos de los impactos de los huracanes que ocurren más frecuentemente, y aun mas como la última ocasión que se presentaron dos huracanes en un año.


Mira la entrevista




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