El síndrome metabólico (SM) es un trastorno complejo caracterizado por un conjunto de factores de riesgo cardiovasculares, los cuales están relacionados con el depósito central de grasa y la resistencia a la acción de la insulina.
Entre estos factores de riesgo se incluyen:
Dislipidemia: Colesterol total mayor a 200 mg/dl, triglicéridos mayores a 150 mg/dl y HDL menor a 40 mg/dl.
Obesidad centrípeta: Perímetro abdominal mayor a 88 centímetros en mujeres y mayor a 102 centímetros en hombres.
Alteración en la homeostasis glucémica: Glucosa en ayunas mayor a 100 mg/dl.
Hipertensión arterial: Presión arterial mayor o igual a 130/85 mmHg.
Elevación del ácido úrico.
La prevalencia de SM en la población en general es de aproximadamente el 24%, llegando a superar el 80% entre los pacientes con diabetes mellitus (DM) tipo 2. El SM es un importante factor de riesgo de mortalidad precoz tanto en individuos no diabéticos como en pacientes con DM tipo 2.
El síndrome metabólico es una condición patológica caracterizada por obesidad abdominal, resistencia a la insulina, hipertensión e hiperlipidemia, convirtiéndose en uno de los mayores peligros para la salud en el mundo moderno. Las dos principales fuerzas que propagan esta enfermedad son el aumento del consumo de comida rápida alta en calorías y baja en fibra, y la disminución de la actividad física debido al uso de transportes mecanizados y a la forma sedentaria de las actividades de tiempo libre.
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